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3 claves para entender cómo el país logró contener el contagio pese a estar en la región "epicentro mundial" de la pandemia

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GETTY IMAGES - Paraguay volvió a la normalidad luego de tres meses de confinamiento.

En Paraguay la vida parece haber reanudado su curso.

Desde el pasado lunes 15 de junio, los restaurantes y los bares volvieron a abrir sus puertas, así como los gimnasios y los centros deportivos.

Los ciudadanos del país guaraní ahora pueden también comprar boletos de teatro y autocines y participar en los servicios religiosos.

Eso sí: con aforo limitado, usando mascarilla y respetando el distanciamiento social.

Mientras que América Latina se convirtió en las últimas semanas en el epicentro de la pandemia de coronavirus a nivel mundial -entre los 15 países del mundo con mayor número de casos confirmados hay cuatro latinoamericanos: Brasil, Perú, Chile y México, de acuerdo con cifras de la Universidad John Hopkins de EE.UU.-, Paraguay vuelve a la normalidad después de tres meses de confinamiento.

Y lo hace con unos números envidiables: a 17 de junio, los casos confirmados de coronavirus son 1.308, mientras que los fallecidos a causa del covid-19 son 13, y solo dos de ellos en el último mes.

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GETTY IMAGES - Las autoridades paraguayas ponen en cuarentena a las personas que pasan sus fronteras con Brasil.

Mirando el contexto de la región, Paraguay se mantiene con una tasa de 2 muertos por millón de habitantes, la más baja de Sudamérica. Es decir, muy lejos de los 210 por millón de Brasil, los 36 de Colombia, los 20 de Argentina e incluso los 6 fallecidos por millón de habitantes de Uruguay.

Pero, ¿cómo lo consiguió?

1. Una respuesta inmediata
"Una de las razones principales es que el gobierno paraguayo actuó muy rápidamente", explica Carin Zissis, directora del sitio de análisis Americas Society/Council of the Americas (AS/COA, por sus siglas en inglés), que esta semana publicó un informe detallado llamado "¿Dónde está el coronavirus en América Latina?".

A principios de febrero, cuando aún no había registrado ningún caso de Covid-19, el gobierno de Mario Abdo Benítez suspendió las visas a todos los ciudadanos de la República Popular de China, así como a todo extranjero que hubiese viajado a China continental.

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GETTY - El gobierno liderado por Mario Abdo decretó una cuarentena total en todo el país el 20 de marzo.

Luego, el 10 de marzo, tres días después de que se confirmaran los dos primeros casos de contagio en el país -los de dos ciudadanos provenientes de Ecuador y Argentina-, Abdo, apoyado por el ministro de salud Juan Mazzoleni, decretó el Aislamiento Preventivo General a nivel nacional.

Esta primera medida incluía la suspensión de las clases escolares en todos los niveles, así como la restricción de todos los eventos públicos y privados y la declaración del toque de queda nocturno.

Esto ocurría un día antes de que la OMS declarase el brote de coronavirus como una "pandemia".

"Nuestra argumentación era que estos casos provenían de países donde la circulación del virus en aquel momento no era comunitaria", recuerda Juan Carlos Portillo, director general de Servicios de Salud del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social de Paraguay.

"La pregunta que nos hicimos fue: '¿Podemos descartar que adentro de nuestro país no tenemos circulación comunitaria del virus?' Y la respuesta fue que no".

"Además, éramos conscientes de que nuestro sistema de salud es débil", sigue Portillo, "y que tanto las estructuras como el personal sanitario estaban desde hacía semanas bajo la presión de la peor epidemia de dengue que se haya registrado en Paraguay".

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 GETTY - Los analistas destacan que parte del mérito la tienen los ciudadanos, que aceptaron las duras medidas de confinamiento.

Al cabo de pocos días, las autoridades guaraníes declaraban la cuarentena total, una de las más estrictas de la región.

Los paraguayos tenían que mantenerse encerrados en sus casas y solo podían salir para comprar alimentos y medicamentos, en caso de emergencia o si eran trabajadores esenciales.

2. El aislamiento geográfico
El escritor paraguayo Augusto Roa Bastos describía su país como una "isla rodeada de tierra" en el corazón del continente.

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Y no se podría entender el éxito de la estrategia de Paraguay sin tener en cuenta su aislamiento geográfico.

Paraguay no solo no tiene salida al mar, sino que amplias zonas de su territorio están cubiertas por la selva o por la sabana.

Además su capital, Asunción, tiene un tráfico aéreo reducido si la comparamos con las otras grandes ciudades de Sudamérica, como Buenos Aires o Sao Paulo.

Y hay que considerar otro elemento: la densidad de su población.

Se ha visto que los países y las ciudades más densamente poblados son los más afectados por esta epidemia.

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 AFP - Paraguay declaró la cuarentena en todo el país el pasado 10 de marzo.

En Paraguay, en cambio, viven unos 7 millones de personas en un territorio tres veces más grande que el de Uruguay -otro país, por cierto, que logró contener la pandemia con una estrategia exitosa.

Por lo tanto, la densidad de población en Paraguay es muy baja, solo 17 personas por kilómetro cuadrado, cosa que le ha beneficiado.

Sin embargo, sigue Zissis, "un tamaño reducido no es una condición suficiente para contener el virus y el caso de Panamá -donde hasta el 17 de junio se registraron 22.597 casos y 470 fallecidos, según datos del John Hopkins Center- lo demuestra".

Otro dato demográfico que explica la baja mortalidad en Paraguay es que 8 de cada 10 infectados, según el Ministerio de Salud Pública, tenía menos de 39 años, es decir, una franja de edad que estadísticamente tiene menos riesgos de padecer complicaciones y muertes.

3. Fronteras cerradas
El gobierno paraguayo cerró sus fronteras terrestres con Argentina, Bolivia y Brasil el 24 de marzo y a día de hoy no contempla su reapertura.

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AFP - Mario Abdo Benítez, presidente de Paraguay y simpatizante de Bolsonaro, cerró sus fronteras con Brasil al registrar los primeros casos de covid-19 en marzo.

El presidente paraguayo incluso afirmó que Brasil era "la principal amenaza" en la lucha contra la pandemia, debido al alto número de contagios y muertes.

Militares paraguayos fueron enviados a la región fronteriza para impedir la entrada de automóviles y autobuses de comerciantes y residentes brasileños.

También se levantaron vallas de alambre de púa en la ciudad fronteriza de Pedro Juan Caballero.

"Mientras haya evidencias de que en Brasil la situación no mejora, no hay razón para abrir las fronteras", afirma Portillo, quien resume la actual relación entre los dos países con una frase: "Si Brasil estornuda, Paraguay tendrá neumonía".

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REPRODUCCIÓN - Brasil se ha convertido en la principal preocupación de sus países vecinos.

La preocupación por un rebrote
Aunque Paraguay está volviendo a la normalidad y las autoridades no esconden su satisfacción por el éxito de su estrategia, consideran que el peligro no pasó todavía.

"La complacencia, la sensación de triunfo, puede ser nuestro peor enemigo", explica Escoto.

"El hecho de que nuestra población no se haya contagiado de manera masiva", añade Portillo, "quiere decir que sigue estando desprotegida, al no haber desarrollado los anticuerpos".

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GETTY - El 20% de la población paraguaya vive en pobreza extrema y se vio afectada por las drásticas medidas de confinamiento.

"Esto nos obliga", concluye Portillo, "a mantener una postura de alerta".

El otro foco de atención son las consecuencias económicas que la cuarentena prolongada puede tener sobre la población, en particular la que está empleada en el sector informal.

Un informe publicado por el Banco Mundial auguraba una caída del PIB de Paraguay del 2,8%, inferior a la de otros países de la región, pero igualmente relevante en un país en el que el uno de cada 5 ciudadanos, según la Comisión Económica para América y el Caribe (Cepal), vive una situación de pobreza extrema.